El Sentido de la Vida 
  Una de las más interesantes aventuras que se nos presentan en la vida es encontrarle sentido. Si, es correcto, la Vida tiene
 sentido, pero nos corresponde a cada uno encontrarle el sentido 
individual que nos permitirá aprovechar al máximo nuestra travesía por 
este mundo.
Se trata de encontrar las respuestas particulares a las preguntas ¿De
 qué se trata la vida?, y ¿Qué vine a hacer aquí?. Se trata de 
respuestas particulares porque necesitamos respuestas que nos sirvan a 
nosotros.
Es decir, a cada ser humano le toca encontrar sus propias respuestas,
 a cada cual le toca descubrir su propia verdad. Lo que es útil para uno
 puede no tener sentido para otro, y lo que es significativo para este 
último puede carecer de valor para el primero.
Tal vez al plantearnos estas preguntas por primera vez podrían 
parecernos como algo fuera de nuestro alcance, y reservado 
exclusivamente para los grandes filósofos. Pero, los más grandes 
filósofos comprendieron que esta es una tarea individual, lo cual se 
encuentra demostrado en la ancestral frase "Conócete a ti mismo"; con la
 cual lejos de pretender tener las respuestas para toda la humanidad, 
incentivaban a cada individuo a encontrar su verdad.
Aunque el hecho de encontrarle sentido a la vida no nos es enseñado 
en la escuela, es de gran importancia para lograr una vida satisfactoria
 en todos los sentidos. Pues al vivir una vida sin verdadero sentido, 
cualquier cosa que se hace carece de significado y no se obtiene ninguna
 satisfacción real.
Lo anterior potencialmente podría hacernos sentir vacíos y darnos la 
sensación de estar solos. Esto a su vez podría colocarnos en una 
situación de "estar buscando algo y no saber qué es". Veamos.
Carencia de Sentido
La creencia sobre "evitar el dolor y conseguir el placer" está muy 
difundida en la actualidad como el supuesto principal motivador de la 
actividad humana. 
Esto se entiende si comprendemos que vivimos en un mundo en el cual 
la población aumenta continuamente, y competir por trabajo, pareja, 
riqueza y estatus social se considera la norma.
De aceptar lo anterior, en vez de desarrollar nuestros talentos a 
niveles asombrosos de los cuales somos capaces, preferiríamos estar 
comparándonos continuamente a otros. Y de hacerlo, difícilmente 
emprenderíamos las tareas que nos brindarían satisfacción en la vida.
Es un hecho que un porcentaje de las personas que habitan este 
planeta no saben por qué están vivas, y ni siquiera piensan en ello. Aun
 así, una vida sin sentido se hace poco llevadera al pasar el tiempo.
Es por eso que muchas personas se encuentran en situaciones no 
deseadas después de retirarse, que los desempleados se sienten 
deprimidos, y aun los ricos y famosos se sienten infelices.
La Trampa
Encontrarle sentido a la vida es de vital importancia, pues de otra 
manera podríamos ser presa fácil de los falsos sentidos. De no ocuparnos
 en encontrar el sentido de nuestra propia vida, podríamos sentir un 
vacío en nuestro interior. 
En ese caso existiríamos, pero no sabríamos por qué, o para qué. Y 
esto es algo que nos toca resolver por nuestros propios medios, pues 
nadie puede decirnos cual es el propósito de nuestra existencia humana, 
mucho menos como realizar el máximo de nuestro potencial. Para eso 
tenemos primero que conocernos.
Recordemos que un vacío siempre es llenado, el Universo no permite 
carencias, y muy profundamente nosotros tampoco creemos en ellas. En 
ausencia de un verdadero sentido y propósito en la vida, encontraremos 
alguna otra cosa con que llenar ese supuesto "vacío", y al hacerlo le 
estaremos dando la espalda (aunque solo momentáneamente) a nuestro 
impulso interior, que nos motiva a buscar dentro de nosotros mismos las 
respuestas.
Por el contrario, elegimos algún falso sentido y lo expandimos hasta 
creer que llenamos nuestra vida. De esta manera elegimos creer que no 
necesitamos ocuparnos de encontrarle sentido a nuestra existencia. Eso 
nos hace sentir más cómodos, al menos por un rato.
Pero, ¿Cuáles son estos falsos sentidos que mencionamos?. En realidad
 pueden ser tantos y tan variados como personas existen en este planeta.
 Veamos.
Una persona podría elegir crear sentido en su vida por medio de la 
obtención de riquezas, y comenzar así una carrera que le brinde poca 
satisfacción, con la cual no se identifica internamente, y que termina 
haciéndole desear estar en otro lugar haciendo algo diferente.
Otra persona podría intentar llenar "el vacío" por medio de las 
relaciones y sus consecuentes obligaciones y responsabilidades. Puesto 
que esta persona inicia estas relacionas buscando fuera de si misma las 
respuestas que lleva dentro, las mismas se ocupan de señalarse de 
diferentes maneras, principalmente por medio de una creciente 
incomodidad e insatisfacción, que ese no es el camino a seguir.
Aunque las relaciones pudieran ser frustrantes, esta persona podría 
iniciar un circulo de salir de una para entrar en otra, solo porque cree
 que representan su sentido y propósito.
De hecho, prácticamente cualquier proyecto que iniciemos en la vida 
podría tener el potencial de generar falso sentido, a menos que 
encaremos primero lo concerniente a nuestra existencia fundamental.
Por ejemplo, en casos como: ese proyecto en el cual trabajó tanto no 
dio frutos, esa relación en la cual creyó tanto no resultó a pesar de 
sus mayores esfuerzos, esa inversión importante que hizo le dejó sin 
ganancias ni capital. 
Cada una de estas situaciones, y muchas otras en la vida, podrían 
hacerle preguntarse en que consiste la vida. En realidad es de poca 
utilidad preguntarse ¿Por qué no dieron frutos estos proyectos?, lo que 
si sería significativo es preguntarse ¿Por qué se involucró en ellos en 
primer lugar?, y ¿Qué esperaba lograr al hacerlo?
Es sólo cuando todas las actividades que realizamos encajan en
 nuestro plan de vida que podemos obrar coherentemente, y crear un 
sentido amplio que nos permita manifestar lo que realmente somos.
En caso de no tener un plan de vida, nuestras actividades diarias 
podrían convertirse en ese plan, y así hacernos vivir la ilusión de que 
le dan sentido a nuestra vida cuando la realidad es otra, no le brindan 
más que un sentido fraccionado. Tal vez ocupen nuestros pensamientos y 
acciones, pero no pueden brindar total satisfacción.
Encontrando Sentido
Encontrarle sentido (nuestro sentido) a la vida es una aventura 
fascinante. Significa creer realmente que nos hemos manifestado y 
continuamos haciéndolo por un propósito elevado, un propósito que solo 
nosotros podemos vislumbrar y lograr.
Una vez comprendido esto, dedicarnos a encontrar ese propósito es la 
elección natural. El camino podría tener altos y bajos, tal vez tengamos
 que admitir que la causa de nuestra situación actual es haber elegido 
un substituto barato (algún falso sentido) y haberlo colocado como 
nuestra principal meta, o deshacer un camino andado para retomar el 
propio, pero al final las recompensas superan con creces toda la 
dedicación invertida.
Independientemente del punto de partida, la creación de un plan de 
vida es esencial. Cada uno de nosotros necesita encontrarle sentido a su
 vida, saber por qué estamos aquí. Una vez establecido este plan, 
nuestras actividades y proyectos emergen de y son coherentes con él. De 
esta manera nuestras acciones adquieren sentido y tomamos consciencia de
 nuestra capacidad de crear nuestra realidad a voluntad.
Al reconocer todo esto tomamos consciencia de que el sentido de la 
vida tiene que ver con asumir la responsabilidad de nuestra vida y lo 
que ocurre en ella, con convertirnos en creadores de nuestra vida en 
lugar de ser simples observadores pasivos, y que nos encontramos aquí 
para un propósito único, que solo nosotros podemos realizar.
Podemos entonces dirigir nuestra vida para manifestar ese propósito 
en nuestra realidad diaria. Y pensar que algo tan grande podría 
manifestarse a partir de dos sencillas preguntas: ¿De qué se trata la 
vida?, y ¿Qué vine a hacer aquí?.
Sacado de:  http://www.helios3000.net/desarrollo/sentido_vida.shtml